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Portada para historia Galope de Cajches de Jairo Parrado |
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Faustino Enciso, el negro Fausto.
Galope de
cajuches
Por Jairo Parrado Enciso- El Pacato
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En la vastedad de nuestro inmenso
llano, donde el mar verde se confunde con el azul del cielo lleno de
fascinación y exuberante belleza, donde está el sabor y el embrujo de la
tierra, con atajos donde están dos lugares; uno es el hato de “la novilla” y el
otro es San Antonio, el que está pasando el lomo del caño guadualito.
Es el hato de “la novilla”,
adonde partirá Fausto en 1.929, el hato es propiedad de los Enciso, del
pariente Facundo, es el mismo hato donde nació Fausto en 1.917, es mi abuelo,
de tez trigueña (cajuche), con tradiciones llaneras, más criollito que la
unama, de semblante recio y de valor que identifica al típico llanero
Sanmartinero.
A la edad de doce años él ya
trabajaba, ya era un hombre y era muy dedicado a las labores del hato como; el
trabajo de llano, la vaquería y en sus ratos libres se dedicaba a mariscar.
Luego de estar en aquel hato
durante un año, un día de madrugada recibió la visita de Rubín, hijo de
Facundo, quien vino a decirle que tiene que tomar camino para San Antonio, mientras
tanto Fausto, le sirve un humeante pocillao de café cerrero, como buen llanero
sobrio y afable. Mientras tanto desde una troja las paraulatas con sus canillas
le señalan su nuevo destino, al occidente donde debe llegar, como queriendo
marcar el nuevo sendero para Fausto.
Fausto, coja
un atajo dice.- Rubín
-Cual?
- Por entre
esos morichales….dice Rubín
- Es verano…
me iré por ahí…dice Fausto
En San Martin, se encontrará con
sus dos hermanos mayores Ignacio y Cristóbal, el punto de encuentro será la
casa de su madrina doña Eva Rondón.
Al día siguiente Fausto, se
apera, monta su caballo cenizo y coge el atajo que le había indicado Rubín.
La tarde soleada sanmartinera lo
acompaña y en su casa la madrina Eva lo acoge, donde es recibido también por sus
dos hermanos, a la mañana siguiente emprenden camino y pasan el caño Camoa, de
piedras grandes y aguas cristalinas. Es 24 de diciembre y la brisa corre por la
sabana para llegar a “naranjal”. El
naranjal es la finca de mi bisabuela Julia, fundo que está pasando el
lomo del guadualito donde está el “San Antonio” de esos días, donde los esperan
también; Sus otros tres hermanos; Cecilia, Erasmo y Francisco llamado
cariñosamente –pachito- Julia, los espera con amasijos y CUBAS para la
bienvenida del negro Fausto en la noche buena, en la noche de navidad de aquel
1.930.
En las sabanas entre San Martin y
San Antonio, galopan en sus caballos estos llaneros de pata al suelo, pasan
dos, tres, cuatro y hasta más bancos de sabana.
Ya es tarde, dijo Ignacio, el sol
empezó a brillar pero rojizo y frente a ellos luce esplendorosa la montaña, ¡es
una maravilla esa sierra! –es una creación- de Dios - como si armónicamente el
paisaje mágico les guardara un tesoro de los antepasados llaneros.
-
Es el sol de los venaos.
-
Miren la figura, que deja la montaña refutó
Cristóbal.
-
Es Camajagua, dice Ignacio
-
Es jagua, así también lo llama mi mamá, ella
dice que es un cacique. dijo Fausto
-
Cierto mi papá lo llamaba jagua. A quien
recuerda con mucha nostalgia -Ignacio-.
El sol se tornó aún más rojizo,
como presagiando que algo más pasaría, el canto de la sabana avisa también que
alguien más los acompaña, y son embestidos por una manada de cajuches, muy
rápidos ¡eran más de cien! y entre ellos había uno, que era el líder, era de
color café de aspecto rabioso y malhumorado. “El cajuche”, es un
animal bravío de zona boscosa, es característico de la fauna llanera, se
alimenta de raíces, frutos, hojas, insectos y animalillos.
Entonces los caballos, se
asustan, relinchan, y se desbocan hacen que los tres jinetes suelten la rienda,
sin rumbo y se pierdan.
Ignacio y Cristóbal cogen de
frente, es decir, hacia el caño grande, al que conocemos hoy en día como
“Iracá” mientras tanto Fausto, por ir atrás quiere despistar a la cajuchada y
coge hacia el sur con tan mala suerte que es alcanzado por los cajuches, tanto
que pingoneo y fue a caer al suelo….. Cenizo, asustado se pierde y el negro
Fausto presuroso, busca la mata de monte y por entre pajonales se encarama en
un árbol, en un árbol de caimaron donde pasa a la intemperie el resto de la
noche esperando que los cajuches, se olviden de él o que alguno de sus hermanos
aparezca por ahí, pero no es así esa noche nace el niño Dios y amanece otro
nuevo día.
Se dirigió caminando por la
sabana, hasta el caño grande y luego hasta el guadualito, lo hizo a pie durante
tres horas, de esa manera llego a “naranjal” donde lo reciben con alegría sus
hermanos y su mama´, que estaba junto al horno y la topochera donde preparaba;
el pan de arroz, las galletas con figuras
de animales y “la sopa de pelotas” todo listo para un suculento desayuno de
bienvenida.
Para el año de 1931, empieza a
parar fundos junto con su hermano Cristóbal, primero en el Kupper paran fundo,
pasando el Iracá y más tarde deciden tumbar monte, en el lugar que ellos
llamaron “las costas del Ariari” cerca al caminito real donde construyen la
primera casa en adobe prensado con colé mocho, madera de chuapo y techo de
moriche entonces se funda un pueblo sin proponérselo, un pueblo mestizo con aires de plaza española con
dispersos techos de palma y paredes de bahareque.
Cuando asoma el nuevo día y
apenas aclaraba comienzan de nuevo la faena de tumbar monte y tienen que armar
camaretas para protegerse del ataque de los tigres, las dantas y los cajuches
que para esa época abundaban en la selva, hasta que llegaron al río y se
encuentran con esa hermosura de río Ariari, por este sector, ver platear los
peces en el Ariari como buen llanero mi abuelo al otro día decide ir en
solitario a pescar con anzuelo bocachicos y en busca de un yamú con su
chinchorro..
Cristóbal entonces, decide irse y
parar un nuevo fundo en la sabana hacia Llano grande.
Para 1935 bautizan al caño, el
que está cerca del barranco, cerca del caminito real y cerca de las chorras
como el caño “cural”, como buscando un espacio para la misa y así rendirle
tributo a la religiosidad católica de los que habitaban el nuevo San Antonio,
el San Antonio que apenas se estaba formando.
Para él, era una costumbre estar
en noviembre de todos los años en San Martin, para participar en las
legendarias cuadrillas donde participaba siempre como “cachacero” o negro africano en el balet ecuestre. En el juego de
cuadrillas mostraba su alegría en la pradera todos sus amigos y parientes,
cuando lo veían pasar en la coreografía lo llamaban…..Ahí viene el catire Fausto. ¿Pero catire? ¿Por
qué?
En esa tierra sanmartinera, por
esos días de festividades conoce a Mercedes y descubre el amor, quien será la
mamá de sus hijos; Epifanía, Carlos Julio, Marleny, Hernán, Erasmo y German-el
cuba- mi abuela nacida en Calamar (Guaviare), pero desde los cinco años criada
en San Martin.
Emprende de nuevo el camino de
seguir tumbando monte pero ahora en compañía de Mercedes y su hija Epifanía,
continúan y paran el fundo al que llamarían después como el fundo de zanjeraya,
decide ir a la serranía donde su primo Patricio, y allí se hace amigo de
Felipe, un indio guahibo y lo trae para continuar las tareas de abrir caminos
por la selva y más tarde Felipe, se gana la confianza de mi abuelo y le
encomienda conseguir para estos trabajos a otros indios entre ellos trae a;
Coreguajes, Guahibos, Karijonas, Piapocos y Guayaberos.
Tras el “bogotazo” en 1948, el llano, el
Ariari y San Antonio se volvió violento por la persecución del ejército y la policía
chulavita a los liberales para acabarlos, es la “violencia política.” hechos
marcaron la vida de muchos en el llano y Motivo por el cual se levantaron en Casanare
Guadalupe Salcedo y Dumar Aljure.
Marleny es decir, mi mamá
aprendió cuando niña a ensillar y montar a caballo para ir al fundo de
zanjeraya y para regresar al pueblo
Se acercaba la noche, los verdes pastizales se
sumergían en el suave tono amarillo y rojizo del cielo que anunciaba el
atardecer, Fausto, reforzando un corral, ve el primer lucero que se asomaba por
entre las nubes y en la amplia sabana ve a su hermano “Pachito” en su caballo
rosillo, que viene hacia él, Fausto sonríe, “Pachito” se pierde en la infinita
banqueta sin dejar rastro alguno mi abuelo no le presta atención a esto y continua con sus trabajos
en el corral arriando vacas, novillas, mautes, toros y becerros. Más tarde
“malcolfa” una perrita criolla que ellos tenían en la finca llega presurosa al
lado de mi abuelo, latiendo desenfrenadamente y no paraba de latir…..hasta que
de alguna forma mi abuelo, entiende que la perrita, algo le quiere decir y le
presta atención a la perrita, esta late, late y late. Que pasa “macolfa” y la
perrita corre y mi abuelo la sigue llevándolo a un paraje en la salida que va
para la luna, frente a la casa donde hoy está la finca de don Misael, donde
encuentra muerto a su hermano “pachito” había caído por las balas de los
chulavitas que en esos días fisgoneaban en San Antonio. Decide enterrarlo de
carrera, con tristeza y asustado en el mismo lugar donde lo encontró, mientras
por su cara corren el sudor y las lágrimas por la pérdida de su hermano, una
fuerte tormenta apareció y la lluvia que cae, le ayuda a limpiar las heridas
del alma.
Una tarde se encontraba más abajo de la fonda
de Alberto Herrera, yendo hacia la luna, donde mi abuelo se encontraba
pastoreando su ganado santagertrudis, con su hijo Carlos Julio, mi tío, que era
un niño por esos días, cuando fueron sorprendidos, arrestados y llevados por la
policía chulavita a la cárcel de San Martin como prisionero, lugar de donde no
salía ningún liberal vivo. A las cuatro de la
madrugada los ponían a desfilar y siempre con su hijo Carlos Julio de la
mano y en la fila, por esas cosas de la vida y gracias a Dios se salvaba,
escogían al que estaba a su lado adelante o atrás para matarlo y él siempre se
salvaba, unos meses más tarde fue trasladado a la cárcel de Villavicencio,
estando allí conoce de la muerte de sus dos hermanos Ignacio y Cristóbal a
manos de los chulavitas.
En la cárcel de Villavo, paso muchas
vicisitudes pero al cabo de seis meses respiro la libertad.
Al llegar de nuevo a San Antonio y
reencontrarse con Mercedes y sus hijos encuentra en cenizas lo que quedó de su
casa, decide construir una nueva casa en el mismo lugar muy cerca del
camellón o caminito real.
Mientras tanto y por pocos días recibe posada
junto con su familia en la casa de su amigo José Evelio Chisco, que era la
única casa en San Antonio que no había sido quemada por los chulavitas.
Muchos fueron los comentarios que pululaban en
San Antonio tras su llegada, que él se había salvado por voltiado y sapo y así
lo acusaron ante el capitán Aljure. Entonces el mismo decide presentársele al
capitán en Rincón de Bolívar y le dice, que él no es ningún voltiado que el
sigue siendo el mismo liberal de siempre, que disponga que va a pasar con él.
El Capi, le contestó ¡Fausto! yo confió en
usted siga trabajando, usted es un hombre de bien.
De las
tradiciones de la región
Erasmo también vaquero, hermano
de mi abuelo arranca una nueva jornada de enlazar, recoger y llevar ganado de
San Antonio a Villao, siguiendo los códigos de vaquería, en llevar al paradero
el ganado, teniendo que pasar por pueblos liberales y conservadores
por los que tenía que pasar tenían que darle vuelta a la mulera, tenían que
pasar por Acacias, donde le daban vuelta a la mulera y la dejaban por el lado
de color azul, en su recorrido al pasar por el rio guayuriba y al arriar el
ganado suena un chaparrazo es la fuerte creciente que trae el rio negro, en seguida
lo arrastra junto con su caballo.
San Pascual
bailón, en las costas del Ariari. La fiesta a San Pascual Bailón, hizo
presencia en San Antonio con devoción de llaneros
Tía Ana? dice Fausto, Mercedes,
está muy preocupada uno de nuestros hijos está muy enfermito, pensé en hablar
con usted….Erasmito está muy enfermo, entonces la tía Ana profesa hagamos una
fiesta a San Pascual Bailón…, ¡hagámosla! es comienzo de mayo ya casi llega ese
día, el día del santo, como buenos llaneros organizan la fiesta para alumbrar
al santo, a San Pascual Bailón, hubo bebida, comida baile y música de cuerda
con Gildardo y Rafico, también carne asada, amasijos hasta tamales comida en
abundancia y familia. En la fiesta se le pide al santo que cure al niño, el
niño baila con su pareja alrededor de la mesa donde está el santo, los demás
niños y los adultos bailan también alrededor de la mesa, se bebe, se come y en
su nombre todos los parientes, invitados, trabajadores y llaneros que se hacen
presentes en la fiesta piden por la salud del niño y así se anima el festejo
que se extiende hasta la mañana siguiente.
Pasaron ocho días luego del festín, cuando
iban para el fundo de zanjeraya montado en su caballo “negro” con su primo
Victor, los dos iban humando tabaco, Erasmo se bajó del caballo pata abrir el
broche del caño Irique, y de pronto sintió que se ahogó, el humo de tabaco le
dar una tos muy fuerte, lo que hizo que el niño botara de su boca una especie
de anillo metálico que tenía en su garganta mejorando así su estado de salud y sus
colores en las mejillas, ese fue el milagro que le hizo San Pascual Bailón, Al
niño Erasmo.
Así lo contó muchos años después Victor, “el
chueco”, también de la familia, ¡Un remedio a flote!
Los pajonales tostados por el
verano fueron testigos de lo que vivió mi abuelo en una tarde-noche cuando
presenció “la bola de fuego” que es una imagen fabulosa que se le apareció
cuando se dirigía a San Martin llevando unos marranos a pie, en el camino cerca
de la laguna del junco donde vio caer del cielo una “bola de fuego” más grande
y luminosa que la luna llena, era una esfera brillantísima que lo acompaño por
todo el camino entre San Antonio y San Martin llevando los marranos y no le
causo miedo “la bola de fuego” hizo contacto con la llanura y se reduce a una
altura de cien metros y dentro de la bola se ve una mujer hermosa.
El abuelo relataba que lo
insólito de la bola de fuego es que al rodar no quema la vegetación, no seca
los caños o daña a los animales ni mata a los humanos. Lo que si sucede es que
los perros aúllan aterrados.
Son muchas las galopadas que
atesoran y recuerdan los Enciso, como también recuerdo, la última vez que vi
vivo a mi abuelo, fue sentado en el separador frente a la iglesia “San Antonio
de Padua” estaba conversando con el cura párroco de esa época el presbítero
francés Sergio Seguin y le contaba que nunca se imaginó ver al pueblo tan
grande. Donde le cuenta todo como era antes y el trabajo que a él le costó
conquistar lo que se le vuelve inolvidable. Dejando a su paso por esta tierra
lo vivido en la piel de este suelo caliente una marca con hierro que no se
borrara nunca.
Hoy al igual
que mi abuelo tengo mi propio caballo, pero es un caballo de hierro, un caballo
que consume gasolina y también a San Martin me lleva y me trae. ¡Ah! y también
tengo un catire, es mi hijo, el sí es un verdadero catire, es mi hijo, es Juan Nicolás mi Juanni, a quien le
gusta los caballitos y los mautes.
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Atrás el cacique Camajagua los acompaña pata llegar a San Antonio. dibujo de la autoria de David Yate. |
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Tio Erasmo ve el lugar donde realizaban el San Pascual. |
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El abuelo Fausto..... tras una jornada de vaqueria, |
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La tía Epifania y la abuela Mercedes. |