LA CEIBA, EN LA LUNA UN ICONO PARA FUENTEDEORO Y EL ARIARI.

LA CEIBA, EN LA LUNA UN ICONO PARA FUENTEDEORO Y EL ARIARI.
FOTO TOMADA POR JAIRO PARRADO.........

martes, 5 de mayo de 2015

Galope de cajuches, historia local para el libro 54 Años de historia y memoria de Fuentedeoro por Jairo Parrado.

Portada para historia Galope de Cajches de Jairo Parrado

Faustino Enciso, el negro Fausto.

Galope de cajuches
Por Jairo Parrado Enciso- El Pacato

En la vastedad de nuestro inmenso llano, donde el mar verde se confunde con el azul del cielo lleno de fascinación y exuberante belleza, donde está el sabor y el embrujo de la tierra, con atajos donde están dos lugares; uno es el hato de “la novilla” y el otro es San Antonio, el que está pasando el lomo del caño guadualito.
Es el hato de “la novilla”, adonde partirá Fausto en 1.929, el hato es propiedad de los Enciso, del pariente Facundo, es el mismo hato donde nació Fausto en 1.917, es mi abuelo, de tez trigueña (cajuche), con tradiciones llaneras, más criollito que la unama, de semblante recio y de valor que identifica al típico llanero Sanmartinero.
A la edad de doce años él ya trabajaba, ya era un hombre y era muy dedicado a las labores del hato como; el trabajo de llano, la vaquería y en sus ratos libres se dedicaba a mariscar.
Luego de estar en aquel hato durante un año, un día de madrugada recibió la visita de Rubín, hijo de Facundo, quien vino a decirle que tiene que tomar camino para San Antonio, mientras tanto Fausto, le sirve un humeante pocillao de café cerrero, como buen llanero sobrio y afable. Mientras tanto desde una troja las paraulatas con sus canillas le señalan su nuevo destino, al occidente donde debe llegar, como queriendo marcar el nuevo sendero para Fausto.
Fausto, coja un atajo dice.- Rubín
-Cual? 
- Por entre esos morichales….dice Rubín
- Es verano… me iré por ahí…dice Fausto

En San Martin, se encontrará con sus dos hermanos mayores Ignacio y Cristóbal, el punto de encuentro será la casa de su madrina doña Eva Rondón.

Al día siguiente Fausto, se apera, monta su caballo cenizo y coge el atajo que le había indicado Rubín.

La tarde soleada sanmartinera lo acompaña y en su casa la madrina Eva lo acoge, donde es recibido también por sus dos hermanos, a la mañana siguiente emprenden camino y pasan el caño Camoa, de piedras grandes y aguas cristalinas. Es 24 de diciembre y la brisa corre por la sabana para llegar a “naranjal”. El  naranjal es la finca de mi bisabuela Julia, fundo que está pasando el lomo del guadualito donde está el “San Antonio” de esos días, donde los esperan también; Sus otros tres hermanos; Cecilia, Erasmo y Francisco llamado cariñosamente –pachito- Julia, los espera con amasijos y CUBAS para la bienvenida del negro Fausto en la noche buena, en la noche de navidad de aquel 1.930.
En las sabanas entre San Martin y San Antonio, galopan en sus caballos estos llaneros de pata al suelo, pasan dos, tres, cuatro y hasta más bancos de sabana.
Ya es tarde, dijo Ignacio, el sol empezó a brillar pero rojizo y frente a ellos luce esplendorosa la montaña, ¡es una maravilla esa sierra! –es una creación- de Dios - como si armónicamente el paisaje mágico les guardara un tesoro de los antepasados llaneros.
-         Es el sol de los venaos.
-         Miren la figura, que deja la montaña refutó Cristóbal.
-         Es Camajagua, dice Ignacio
-         Es jagua, así también lo llama mi mamá, ella dice que es un cacique. dijo Fausto
-         Cierto mi papá lo llamaba jagua. A quien recuerda con mucha nostalgia -Ignacio-.
El sol se tornó aún más rojizo, como presagiando que algo más pasaría, el canto de la sabana avisa también que alguien más los acompaña, y son embestidos por una manada de cajuches, muy rápidos ¡eran más de cien! y entre ellos había uno, que era el líder, era de color café de aspecto rabioso y malhumorado. “El cajuche”, es un animal bravío de zona boscosa, es característico de la fauna llanera, se alimenta de raíces, frutos, hojas, insectos y animalillos.
Entonces los caballos, se asustan, relinchan, y se desbocan hacen que los tres jinetes suelten la rienda, sin rumbo y se pierdan.
Ignacio y Cristóbal cogen de frente, es decir, hacia el caño grande, al que conocemos hoy en día como “Iracá” mientras tanto Fausto, por ir atrás quiere despistar a la cajuchada y coge hacia el sur con tan mala suerte que es alcanzado por los cajuches, tanto que pingoneo y fue a caer al suelo….. Cenizo, asustado se pierde y el negro Fausto presuroso, busca la mata de monte y por entre pajonales se encarama en un árbol, en un árbol de caimaron donde pasa a la intemperie el resto de la noche esperando que los cajuches, se olviden de él o que alguno de sus hermanos aparezca por ahí, pero no es así esa noche nace el niño Dios y amanece otro nuevo día.
Se dirigió caminando por la sabana, hasta el caño grande y luego hasta el guadualito, lo hizo a pie durante tres horas, de esa manera llego a “naranjal” donde lo reciben con alegría sus hermanos y su mama´, que estaba junto al horno y la topochera donde preparaba; el pan de arroz,  las galletas con figuras de animales y “la sopa de pelotas” todo listo para un suculento desayuno de bienvenida.
Para el año de 1931, empieza a parar fundos junto con su hermano Cristóbal, primero en el Kupper paran fundo, pasando el Iracá y más tarde deciden tumbar monte, en el lugar que ellos llamaron “las costas del Ariari” cerca al caminito real donde construyen la primera casa en adobe prensado con colé mocho, madera de chuapo y techo de moriche entonces se funda un pueblo sin proponérselo, un pueblo  mestizo con aires de plaza española con dispersos techos de palma y paredes de bahareque.
Cuando asoma el nuevo día y apenas aclaraba comienzan de nuevo la faena de tumbar monte y tienen que armar camaretas para protegerse del ataque de los tigres, las dantas y los cajuches que para esa época abundaban en la selva, hasta que llegaron al río y se encuentran con esa hermosura de río Ariari, por este sector, ver platear los peces en el Ariari como buen llanero mi abuelo al otro día decide ir en solitario a pescar con anzuelo bocachicos y en busca de un yamú con su chinchorro..
Cristóbal entonces, decide irse y parar un nuevo fundo en la sabana hacia Llano grande.
Para 1935 bautizan al caño, el que está cerca del barranco, cerca del caminito real y cerca de las chorras como el caño “cural”, como buscando un espacio para la misa y así rendirle tributo a la religiosidad católica de los que habitaban el nuevo San Antonio, el San Antonio que apenas se estaba formando.
Para él, era una costumbre estar en noviembre de todos los años en San Martin, para participar en las legendarias cuadrillas donde participaba siempre como “cachacero” o negro africano en el balet ecuestre. En el juego de cuadrillas mostraba su alegría en la pradera todos sus amigos y parientes, cuando lo veían pasar en la coreografía lo llamaban…..Ahí viene el catire Fausto. ¿Pero catire? ¿Por qué? 
En esa tierra sanmartinera, por esos días de festividades conoce a Mercedes y descubre el amor, quien será la mamá de sus hijos; Epifanía, Carlos Julio, Marleny, Hernán, Erasmo y German-el cuba- mi abuela nacida en Calamar (Guaviare), pero desde los cinco años criada en San Martin.
Emprende de nuevo el camino de seguir tumbando monte pero ahora en compañía de Mercedes y su hija Epifanía, continúan y paran el fundo al que llamarían después como el fundo de zanjeraya, decide ir a la serranía donde su primo Patricio, y allí se hace amigo de Felipe, un indio guahibo y lo trae para continuar las tareas de abrir caminos por la selva y más tarde Felipe, se gana la confianza de mi abuelo y le encomienda conseguir para estos trabajos a otros indios entre ellos trae a; Coreguajes, Guahibos, Karijonas, Piapocos y Guayaberos.
Tras el “bogotazo” en 1948, el llano, el Ariari y San Antonio se volvió violento por la persecución del ejército y la policía chulavita a los liberales para acabarlos, es la “violencia política.” hechos marcaron la vida de muchos en el llano y Motivo por el cual se levantaron en Casanare Guadalupe Salcedo y Dumar Aljure.
Marleny es decir, mi mamá aprendió cuando niña a ensillar y montar a caballo para ir al fundo de zanjeraya y para regresar al pueblo
Se acercaba la noche, los verdes pastizales se sumergían en el suave tono amarillo y rojizo del cielo que anunciaba el atardecer, Fausto, reforzando un corral, ve el primer lucero que se asomaba por entre las nubes y en la amplia sabana ve a su hermano “Pachito” en su caballo rosillo, que viene hacia él, Fausto  sonríe, “Pachito” se pierde en la infinita banqueta sin dejar rastro alguno mi abuelo no le presta  atención a esto y continua con sus trabajos en el corral arriando vacas, novillas, mautes, toros y becerros. Más tarde “malcolfa” una perrita criolla que ellos tenían en la finca llega presurosa al lado de mi abuelo, latiendo desenfrenadamente y no paraba de latir…..hasta que de alguna forma mi abuelo, entiende que la perrita, algo le quiere decir y le presta atención a la perrita, esta late, late y late. Que pasa “macolfa” y la perrita corre y mi abuelo la sigue llevándolo a un paraje en la salida que va para la luna, frente a la casa donde hoy está la finca de don Misael, donde encuentra muerto a su hermano “pachito” había caído por las balas de los chulavitas que en esos días fisgoneaban en San Antonio. Decide enterrarlo de carrera, con tristeza y asustado en el mismo lugar donde lo encontró, mientras por su cara corren el sudor y las lágrimas por la pérdida de su hermano, una fuerte tormenta apareció y la lluvia que cae, le ayuda a limpiar las heridas del alma.
Una tarde se encontraba más abajo de la fonda de Alberto Herrera, yendo hacia la luna, donde mi abuelo se encontraba pastoreando su ganado santagertrudis, con su hijo Carlos Julio, mi tío, que era un niño por esos días, cuando fueron sorprendidos, arrestados y llevados por la policía chulavita a la cárcel de San Martin como prisionero, lugar de donde no salía ningún liberal vivo. A las cuatro de la  madrugada los ponían a desfilar y siempre con su hijo Carlos Julio de la mano y en la fila, por esas cosas de la vida y gracias a Dios se salvaba, escogían al que estaba a su lado adelante o atrás para matarlo y él siempre se salvaba, unos meses más tarde fue trasladado a la cárcel de Villavicencio, estando allí conoce de la muerte de sus dos hermanos Ignacio y Cristóbal a manos de los chulavitas.
En la cárcel de Villavo, paso muchas vicisitudes pero al cabo de seis meses respiro la libertad.
Al llegar de nuevo a San Antonio y reencontrarse con Mercedes y sus hijos encuentra en cenizas lo que quedó de su casa, decide construir una nueva casa en el mismo lugar muy cerca del camellón  o caminito real.
Mientras tanto y por pocos días recibe posada junto con su familia en la casa de su amigo José Evelio Chisco, que era la única casa en San Antonio que no había sido quemada por los chulavitas.
Muchos fueron los comentarios que pululaban en San Antonio tras su llegada, que él se había salvado por voltiado y sapo y así lo acusaron ante el capitán Aljure. Entonces el mismo decide presentársele al capitán en Rincón de Bolívar y le dice, que él no es ningún voltiado que el sigue siendo el mismo liberal de siempre, que disponga que va  a pasar con él.
El Capi, le contestó ¡Fausto! yo confió en usted siga trabajando, usted es un hombre de bien.
De las tradiciones de la región
Erasmo también vaquero, hermano de mi abuelo arranca una nueva jornada de enlazar, recoger y llevar ganado de San Antonio a Villao, siguiendo los códigos de vaquería, en llevar al paradero el ganado,  teniendo que  pasar por pueblos liberales y conservadores por los que tenía que pasar tenían que darle vuelta a la mulera, tenían que pasar por Acacias, donde le daban vuelta a la mulera y la dejaban por el lado de color azul, en su recorrido al pasar por el rio guayuriba y al arriar el ganado suena un chaparrazo es la fuerte creciente que trae el rio negro, en seguida lo arrastra junto con su caballo.

San Pascual bailón, en las costas del Ariari. La fiesta a San Pascual Bailón, hizo presencia en San Antonio con devoción de llaneros

Tía Ana? dice Fausto, Mercedes, está muy preocupada uno de nuestros hijos está muy enfermito, pensé en hablar con usted….Erasmito está muy enfermo, entonces la tía Ana profesa hagamos una fiesta a San Pascual Bailón…, ¡hagámosla! es comienzo de mayo ya casi llega ese día, el día del santo, como buenos llaneros organizan la fiesta para alumbrar al santo, a San Pascual Bailón, hubo bebida, comida baile y música de cuerda con Gildardo y Rafico, también carne asada, amasijos hasta tamales comida en abundancia y familia. En la fiesta se le pide al santo que cure al niño, el niño baila con su pareja alrededor de la mesa donde está el santo, los demás niños y los adultos bailan también alrededor de la mesa, se bebe, se come y en su nombre todos los parientes, invitados, trabajadores y llaneros que se hacen presentes en la fiesta piden por la salud del niño y así se anima el festejo que se extiende hasta la mañana siguiente.

Pasaron ocho días luego del festín, cuando iban para el fundo de zanjeraya montado en su caballo “negro” con su primo Victor, los dos iban humando tabaco, Erasmo se bajó del caballo pata abrir el broche del caño Irique, y de pronto sintió que se ahogó, el humo de tabaco le dar una tos muy fuerte, lo que hizo que el niño botara de su boca una especie de anillo metálico que tenía en su garganta mejorando así su estado de salud y sus colores en las mejillas, ese fue el milagro que le hizo San Pascual Bailón, Al niño Erasmo.

Así lo contó muchos años después Victor, “el chueco”, también de la familia, ¡Un remedio a flote!

Los pajonales tostados por el verano fueron testigos de lo que vivió mi abuelo en una tarde-noche cuando presenció “la bola de fuego” que es una imagen fabulosa que se le apareció cuando se dirigía a San Martin llevando unos marranos a pie, en el camino cerca de la laguna del junco donde vio caer del cielo una “bola de fuego” más grande y luminosa que la luna llena, era una esfera brillantísima que lo acompaño por todo el camino entre San Antonio y San Martin llevando los marranos y no le causo miedo “la bola de fuego” hizo contacto con la llanura y se reduce a una altura de cien metros y dentro de la bola se ve una mujer hermosa.

El abuelo relataba que lo insólito de la bola de fuego es que al rodar no quema la vegetación, no seca los caños o daña a los animales ni mata a los humanos. Lo que si sucede es que los perros aúllan aterrados.

Son muchas las galopadas que atesoran y recuerdan los Enciso, como también recuerdo, la última vez que vi vivo a mi abuelo, fue sentado en el separador frente a la iglesia “San Antonio de Padua” estaba conversando con el cura párroco de esa época el presbítero francés Sergio Seguin y le contaba que nunca se imaginó ver al pueblo tan grande. Donde le cuenta todo como era antes y el trabajo que a él le costó conquistar lo que se le vuelve inolvidable. Dejando a su paso por esta tierra lo vivido en la piel de este suelo caliente una marca con hierro que no se borrara nunca.

Hoy al igual que mi abuelo tengo mi propio caballo, pero es un caballo de hierro, un caballo que consume gasolina y también a San Martin me lleva y me trae. ¡Ah! y también tengo un catire, es mi hijo,  el sí es un verdadero catire, es mi hijo, es Juan Nicolás mi Juanni, a quien le gusta los caballitos y los mautes.

Atrás el cacique Camajagua los acompaña pata llegar a San Antonio. dibujo de la autoria de David Yate.

Tio Erasmo ve el lugar donde realizaban el San Pascual.

El abuelo Fausto..... tras una jornada de vaqueria,

La tía Epifania y la abuela Mercedes.

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