Dibujo para ilustrar la historia el día que Dumar Aljure murió hecho por David Yate H. |
En las bocas de Irique, pequeño
caserío ahora inspección del municipio de Fuentedeoro Meta, queda
relativamente cerca del rincón de Bolívar donde tenía su asentamiento el
capitán Dumar Aljure; solo pasaban cosas diferentes los domingos cuando llegan
los finqueros y trabajadores de sus alrededores ah “ Echarse” sus traguitos y
luego se armaban peleas a machete, cosa que le mereció el apodo de “Puerto
Machete”, en una de esas peleas, Don Sancho Panza y don Manuel Celeida que eran
del sector de la Cooperativa y Puerto Nuevo se trenzaron en feroz riña con tan
mala suerte que don Manuel cayó en un charco y don Sancho se le fue encima y lo
agarro por el pelo y lo consumía una y otra vez pero don Manuel solo atinaba a
llamar a su mujer “Guarguarita” o “Barbarita” haciendo burbujas de agua que
salían volando por todo el caserío mientras la muchachada corríamos intentando
atraparlas.
Otro especial acontecimiento era las
frecuentes llegadas de don Dumar Aljure con sus soldados en busca de diversión
pero para mis hermanos y yo era motivo de espanto ya que mi padre don José
Uriel Espinosa urgía a mi madre María Melba Londoño a que se escondiera en su
cuarto y junto con ella corríamos a meternos debajo de la cama todos mis
hermanos que éramos ocho contando con Alvarito que tenía apenas meses de
nacido, desde allí observábamos todos los movimientos de esos señores y nos
causaba gran curiosidad los cintos llenos de balas que llevaban cruzados sobre
sus pechos, ellos charlaban y bebían y cada vez soltaban tan tremendas
carcajadas que nos hacían temblar de miedo y apenas a murmullos nos contábamos
los unos a los otros los rumores que cada día escuchábamos por doquier acerca
de este gran personaje: Mi hermano mayor dijo; en la escuela me contaron que
mato a un niño porque lo encontró desinflando las llantas de su camioneta, mi
hermano Orlay dijo: Si y yo se lo de la negra chon, que ella le iba a dar
veneno en un tinto y como él es brujo vio el veneno y entonces la obligo a ella
a tomárselo y la negra chon duro todo el día agonizando sin permitirle atención
medica hasta que murió; Si dijo otro de mis hermanos a mí me contaron que van
los soldados de el a las cantinas y beben hasta emborracharse y cuando llega la
hora de pagar se enfurecen y por todo pago le dicen al cantinero vaya cóbrele a
Dumar y por supuesto, nadie se atreve a hacerlo y mi pequeña hermana dice: Si,
si y una vez mato al cantinero dicen que en Puerto Limón y obligo a la recién
viuda a bailar con él, en ese mismo instante; ya tarde de la noche y susurrando una y otra
especulación nos quedábamos dormidos.
Fue el día 4 de abril de 1968 que nos
despertaron unos estallidos ensordecedores y nutridos disparos de fusiles y
quien sabe que otras armas ¡!!Están atacando a Dumar Aljure!!! Dijo don Carlos
Castaño, mientras la gente corría de casa en casa tal vez poniéndose de acuerdo
para huir.
Mi pensamiento voló en ese instante y
me dije: hoy también se va a escapar como lo hace siempre es perseguido por la ley
o por sus propios enemigos, dicen que se hace invisible o que se convierte en
una mata de plátano, o tal vez se meta en uno de los túneles que tiene
construidos en su vivienda, dicen que uno de ellos da a la cepa de un inmenso
árbol de mango que el centro del tronco esta labrado y tiene construidas unas
escaleras que van hacia el follaje y desde ahí tiene un mirador desde el cual
dispara sin ser visto.
Mientras la gente continuaba con la
incertidumbre de lo que pasara, don Juan Zapata alienta a todos diciendo que no
hay peligro porque el rincón de Bolívar queda a 8 kilómetros de aquí. Y que
además los fuertes vientos que están soplando llevan las balas muy pero muy
lejos de aquí.
Entre tanto mi hermano Uriel que
ocupa el quinto puesto entre mis hermanos y contaba con apenas 5 años de edad
se entretenía comiendo galletas remojadas con petróleo de la nevera que mi
padre tenía en la tienda, Uriel era un poco travieso porque además comía jabón,
arroz crudo y olía gasolina, no por esto dejaba de ser un chico muy juicioso
porque era el encargado de caminar diariamente tres kilómetros para traer la
leche que nos vendían donde don Pedro Moreno y además como todos los niños
campesinos de su edad sabía nadar y pescar en el caño Irique y en el rio
Ariari.
Los camiones del ejército pasaban muy
veloces levantando polvo que cubría todo el caserío, apenas si podíamos ver la
cantidad de soldados parados vivos que iban hacia el RINCON y luego subir hacia
Fuentedeoro los soldados acostados uno sobre otro sin vida. Nosotros ese día
nos encontrábamos solos porque mi papá y
mi mamá habían viajado el día anterior a Villavicencio a ver la película
“Los 7 del Patíbulo” que en cierta manera dice mi madre tenía un parecido con
lo que estaba ocurriendo ese día aquí en el caserío.
En el momento en que la gente se
encontraba más angustiada sin saber el desenvolvimiento de los acontecimientos
mi hermano Uriel salió corriendo por todo el centro ósea por la única calle
gritando y alucinando “Quítenme estos lagartos, quítenme estos lagartijos” y
movía las manos como tratando de quitarse algunas alimañas que en su
imaginación estarían prendidos en su cuerpo. Este acontecimiento causo asombro
pero después mucha muchísima risa entre todos los vecinos que por un momento
olvidaron lo que estaba pasando mientras de pronto el rumor “Murió el Capitán
Dumar Aljure”.
En mi mente quedo grabado el jocoso
acontecimiento de mi hermano y paso a un segundo plano el episodio de la muerte
de este magno personaje que en sus inicios fuera un gran libertador y ayudador
en la defensa de los liberales en la muy conocida época de la violencia.
Ahora, este caserío donde se
desarrolló esta historia recibe el nombre de Puerto Aljure, Fuentedeoro (Meta).
Portada del libro 54 Años de historia y memoria de Fuentedeoro )Meta) |
Julieta Espinosa en Asamble del Centro de Memoria el dia viernes 10 de abril de 2015. |
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